FECHA 10º: RACING 0 - ATLÉTICO DE RAFAELA 1

Movidito movidito

(07/10/2013) En un fin de semana movidito y afortunadamente tapándome la boca con creces, volvimos a la victoria jugando fuera de casa. Y eso que por alguna razón hoy lunes todavía falta por jugar el 40% de la fecha, en una decisión dirigencial que tiene tanta racionalidad como no dejarnos cruzar el puente Pueyrredón para acceder a la segunda bandeja del Juan Domingo Perón y volver de Avellaneda al grito de "tomamos vino tinto de damajuana..."---por supuesto al son de "Sobreviviendo"---como en aquel recordado mediodía en Victoria. Pero no, tenemos cuatro partidos (algunos picantes) el lunes y tribunas visitantes vacías.

A eso de las 20.30 del viernes me dispongo a escuchar por radio el interesante duelo Independiente-Unión para desayunarme que se había suspendido un par de horas antes ya que una redada policial había arrojado 35 detenidos, unos cuantos fierros y algunas faquitas. ¡Tanto lío por eso! El problema es que los barras de agarran para ver quien se queda con la tajada de la guita del estado. Cuando la guita era de TyC no pasaba nada. Quiero decir, se agarraban igual, pero a nadie le molestaba. Además, Cantero dijo que en el partido contra Huracán había visto a Bebote y a Loquillo juntos en la platea como si fuesen los mejores amigos, y por eso le sorprendía que se quieran dar con los seis luces. La verdad es que si se matan entre ellos poco me importa. Lo que me da por las pelotas es que esos tipos puedan ir a la cancha de Huracán muertos de risa mientras nosotros, que tenemos nuestros corazoncitos mitad celestes y mitad blancos latiendo al son de los penales de Vera, tenemos que fumarnos la caja boba en lugar de respirar el olorcito a pasto recién cortado y regado. Mire por donde lo mire, me parece una tremenda injusticia.

Seguido a eso, pude escuchar la conferencia de prensa de Caruso en vivo a través de la misma radio (una Sony con AM difícil de conseguir, que me compré para ir a Mendoza en la última fecha del torneo 2011/2012 y que casi pasa a mejor vida después del penal que hicimos a los dos minutos). Será un vendehumo, agrandado egocéntrico, chanta o lo que quieran. Pero hay que tener los huevos bien puestos para decir todo lo que dijo de Laverni. Igual lo más probable es que empiecen con esas gansadas de injurias, calumnias y la mare en coche. Lo mejor sería que se agarren a las trompadas lisas y llanas, mitad porque seguro que Laverni le da la salsa bien caldosa para que Caruso tenga y reparta.

El sábado se calmaron un poco las aguas, y más que un empate de Olimpo sobre la hora que todavía no me decido si fue tan malo como me pareció en ese momento, teniendo en cuenta que Estudiantes quedó con 111. San Lorenzo podría haberle ganado a Tigre pero bueno, basta de mirar los resultados ajenos.

Llegamos entonces al domingo, donde por supuesto el River-Boca era para nosotros nada más que una picada esperando el asado. Más que confirmar que Barovero pide selección en lugar del paupérrimo arquerito actual que ni siquiera juega de titular en Francia, nos divertimos viendo cómo pierden los porteños. En verdad, a mi me gusta que pierdan los agrandados. Pero como sucede que los porteños lo son en extremo, cuando un equipo de Buenos Aires pierde se cumple mi premisa y me divierte. Ustedes entienden a lo que me refiero. Sin embargo, más difícil de entender es lo que motiva a una persona que vive, digamos en Barrio Italia en la ciudad de Rafaela, a festejar tirando cuetes, petardos, rompeportones, peditos de vieja, huevitos de dragón y cuanto otro pedazo de pirotecnia exista, la victoria de un equipo cuya sede está en el barrio de La Boca, fundado por inmigrantes genoveses, y a cuya cancha no deben haber entrado en sus míseras vidas. Tal vez hay algo que me estoy perdiendo, pero casi con seguridad se trata de los mismos pobres diablos que viven de la capacidad y del esfuerzo de los otros cuando una vez por año se ponen a hacer la cola en calle Dentesano para conseguir una entrada que los autorice a entrar a una cancha de Primera División y puedan, gracias a la capacidad y al esfuerzo de los dirigentes, colaboradores, socios y simpatizantes de la Asociación Mutual Social y Deportiva Atlético de Rafaela, durante noventa minutos apagar su imaginación para poder ver de qué color es la camiseta que dicen llevar en sus corazones. Nosotros conocemos perfectamente los colores de nuestros corazoncitos. A veces es celeste y blanca y a veces es azul con un horrible cuello blanco que da tanta pena como ustedes. ¡Salud a las gallinas y a los bosteros que viven a 500km de Buenos Aires!

Después del movidito fin de semana ya casi que no me quedan fuerzas para describir lo que comenzó a suceder a las 21.15 del domingo. Como dije al principio (y como voy a volver a decir en el párrafo aparte), afortunadamente mi boca fue tapada en forma contundente, y sucede que volvimos de Avellaneda con tres puntazos en el bolsillo. Buena producción de la crema, ayudada por un pésimo Racing condicionado por el enojo de sus hinchas. Ni con Regueiro y Camoranesi de titulares, que han sabido pintarnos la cara durante su paso por Lanús, pudo Racing crearnos peligro real. Me entusiasma la frescura de Albertengo, el buen momento de Vera y el recambio que le mete la entrada de Fede González. Vuelvo a mi columna correspondiente al partido con Lanús de la temporada anterior. Les pido encarecidamente que lo vuelvan a leer, especialmente aquellos que se sientan aludidos en el párrafo aparte que sigue.

 

El párrafo aparte de hoy es para el feedback que logró acumular la última columna contra Olimpo. Me gusta que los lectores se expresen, y más me gusta poder comentar los comentarios. Con toda injusticia, me han acusado de no ser hincha de Atlético. No sé si es porque dije que jugamos mal contra Olimpo, si es porque dije que da lástima la concurrencia a la cancha cuando jugamos de local o si es porque dije que íbamos a levantar a un Racing muerto. Bien podría yo argumentar que realmente soy hincha (y socio) genuino de Atlético, pero sería la palabra de un arquero contra la mía. Así que voy a decir que efectivamente jugamos mal contra Olimpo (más me convencí cuando vi por youtube el resumen del partido preparado por el periodista Follet, donde la filmación desde la zona de palcos deja en evidencia que Conde nos dio los tres puntos), que efectivamente la gente que va a la cancha es demasiado poquita para la Primera División y que lo de "levantar muertos" era más que nada un juego para los lectores que me siguen desde la primera columna publicada hace ya casi un año, titulada justamente "Levantando muertos". Invito por un lado a releer no sólo esa nota sino también todas y cada una de las gansadas que he escrito y que amablemente el webmaster de esta página ha aceptado publicar. Invito también a reflexionar sobre el hecho de que aceptar los errores propios es condición necesaria para poder corregirlos y seguir mejorando. Es de mercaderes satisfechos y de gobernantes de medio pelo dar por sentado que todo está perfecto y que como total los otros son peores, aprobamos con cuatro y seguimos tirando. Esta falacia es del mismo tenor que la de negar el genio para no ofender al mediocre. Así que no me vengan con gansadas del orden de "no parece que sea hincha de Atlético" sin antes haber leído y entendido todo lo que escribí (especialmente la columna titulada Borges o Cohelo), haber ejercitado aunque más no sea un poquito de espíritu crítico y de entrenarse en la lectura para poder discernir entre las cosas escritas en serio y las cosas escritas en chiste. Escribiré mal, no releeré lo que va saliendo y probablemente estas líneas no tengan ni sentido ni coherencia. Pero me divierte escribirlas, así que a menos que haya una razón extrema que me impida hacerlo, voy a seguir publicando las sensaciones que me dejó el último partido de la crema, como lo vengo haciendo desde la fecha 12 del inicial 2012-2013. Fin del párrafo aparte.

 

Entonces señores, ahora nos toca recibir al alicaído Argentinos Juniors del señor Ricardo Caruso Lombardi que luego de un sprint inicial donde aparecía inexplicablemente puntero, volvió al ruedo de jugar en la tabla que suma de a tres temporadas. Sábado por la tarde de un fin de semana largo que pinta para sol y calorcito. No me vengan a que "me voy a río" o "mi señora quiere pasar el fin de semana en Carlos Paz". Llenemos otra vez las tribunas como antaño, y démosle sentido al canto de "esta campaña volveremos a estar contigo" del querido Boby. Llenemos nuestras gargantas de aliento que seguro la crema va a llenar nuestros corazoncitos de felicidad.

Un saludo para toda la banda cremosa
uno

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